Remolacha
Introducción
La remolacha o betabel es la raíz profunda, grande y carnosa que crece en la planta del mismo nombre. Pertenece a la familia de las Quenopodiáceas, que comprende unas 1.400 especies de plantas, casi todas herbáceas, propias de zonas costeras o de terrenos salinos templados. Dentro de esta familia se incluyen también otras verduras tan populares y nutritivas como las espinacas y las acelgas.
Origen y variedades
La remolacha común procede de la especie botánica Beta marítima, conocida popularmente como "acelga marina" o "acelga bravía", planta originaria en la zona costera del norte de África. Su cultivo es muy antiguo, data del siglo II a.C., y dio lugar a dos hortalizas diferentes: una con follaje abundante, la acelga, y otra con raíz engrosada y carnosa, la remolacha. En principio las antiguas civilizaciones sólo consumían las hojas de la remolacha. La raíz de la planta se utilizaba como medicamento para combatir los dolores de muelas y de cabeza. Se sabe que los romanos consumían esta raíz, pero no fue hasta el siglo XVI cuando volvió a la dieta, en este caso, de ingleses y alemanes...
A lo largo de los años, el cultivo de la remolacha de mesa fue creciendo y mejorando.
Su consumo está muy difundido por todos los países de clima templado, en especial en Europa. Francia e Italia son sus principales productores.
En España, en 2017 las principales comunidades autónomas productoras de remolacha fueron Segovia, Córdoba y Valencia.
Las variedades más importantes de remolacha son la forrajera y la común o roja.
Remolacha forrajera: se utiliza sobre todo en la alimentación animal.
Remolacha común o roja: es la que se consume como hortaliza. Dentro de esta variedad se distinguen a su vez tres tipos en función de su forma y tamaño:
-Esférica o ilustrada.
-Larga.
-Intermedia.
Su mejor época
Las remolachas rojas están disponibles en el mercado durante todo el año. Durante el invierno se producen en las regiones del norte, centro y levante, mientras que en primavera y verano su producción se centra en la zona de Andalucía.
Características
Forma: se trata de una raíz casi esférica de forma globosa, en algunas variedades plana o alargada.
Tamaño y peso: tiene un diámetro de entre 5 y 10 centímetros y puede pesar entre 80 y 200 gramos.
Color: variable, desde rosáceo a violáceo y anaranjado rojizo hasta el marrón. La pulpa suele ser de color rojo oscuro y puede presentar en ocasiones círculos concéntricos de color blanco.
Sabor: debido a que se trata de una raíz en la que se acumulan gran cantidad de azúcares, su sabor es dulce.
Cómo elegirlas y conservarla
La remolacha fresca se suele vender en manojos. Es preferible elegir aquellos que posean las raíces del mismo tamaño. Así, todas se cocinarán de un modo uniforme.
A la hora de la compra, se recomienda escoger ejemplares lisos, firmes, redondos y carnosos, sin manchas ni magulladuras y de color rojo intenso. Conviene que el manojo seleccionado contenga hojas verdes, ya que indica que la raíz es joven. A pesar de que las hojas estén mustias o blandas, la raíz está en buenas condiciones si se la siente firme al tacto. Si se desea hacer uso de las hojas de la remolacha, éstas, además de verdes, deben estar tiernas. Por el contrario, deben rechazarse las alargadas y de piel escamosa en la parte superior porque resultarán duras, fibrosas y de sabor fuerte.
Una vez en el hogar, las remolachas frescas se han de mantener en el frigorífico y en el interior de una bolsa de plástico y así duran de dos a tres semanas. Las hojas de la remolacha, por separado, también han de conservarse en una bolsa de plástico, sin lavarlas. De este modo y en refrigeración pueden mantenerse de tres a cinco días.
No es recomendable congelar la remolacha cruda porque se reblandece, salvo que sean de pequeño tamaño, tras hervirlas en agua salada y nunca más de dos horas. Después se sumergen en agua fría para facilitar su pelado. Una vez peladas se pueden cortar y congelarlas en un recipiente hermético.
Propiedades nutritivas
La remolacha es un alimento de moderado contenido calórico, ya que tras el agua, los hidratos de carbono son el componente más abundante, lo que hace que ésta sea una de las hortalizas más ricas en azúcares. Es buena fuente de fibra.
De sus vitaminas destaca los folatos y en cantidades discretas ciertas vitaminas del grupo B, como B1, B2, B3 y B6. Por el contrario, la remolacha es, junto con la berenjena o el pepino, una de las verduras con menor contenido en provitamina A y en vitamina C.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
La vitamina B1 interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono. Por ello, los requerimientos de esta vitamina dependen, en parte, del contenido en hidratos de carbono de la dieta.
La vitamina B2 o riboflavina se relaciona con la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos y colabora en la producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las mucosas, mientras que la niacina o vitamina B3 colabora en el funcionamiento del sistema digestivo, el buen estado de la piel, el sistema nervioso y en la conversión de los alimentos en energía.
La vitamina B6 participa en el metabolismo celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
En relación con los minerales, es una hortaliza rica en potasio. Están presentes en menor cantidad, el magnesio, el fósforo, yodo, sodio y el calcio. El calcio de la remolacha no se asimila como el que procede de los lácteos u otros alimentos que son fuente importante de este mineral. En sus hojas abunda el beta-caroteno y minerales como el hierro y el calcio.
El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula el metabolismo, mientras que el potasio y el sodio son necesarios para la transmisión y generación del impulso nervioso, la actividad muscular, además de intervenir en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El fósforo, al igual que el magnesio, juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, pero este último además se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
Composición por 100 gramos de porción comestible | |
Energía (Kcal) | 30 |
Agua (ml) | 90,5 |
Proteinas (g) | 1,2 |
Hidratos carbono (g) | 5,6 |
Fibra (g) | 2,5 |
Potasio (mg) | 190 |
Yodo (mcg) | 0,3 |
Sodio (mcg) | 78 |
Fósforo (mg) | 17 |
Folatos (mcg) | 2 |
Vitamina B1 (mg) | 0,02 |
Vitamina B2 (mg) | 0,03 |
Vitamina B3 (mg) | 0,4 |
Vitamina B6 (mg) | 0,04 |
Vitamina C (mg) | 0,3 |
mcg = microgramos (millonésima parte de un gramo) |