Hortalizas y verduras fermentadas y germinadas
Brotes o germinados de hortalizas
Se trata de un proceso natural de obtención de alimentos muy extendido en todo el mundo. La germinación hace que las semillas de las plantas aumenten su valor nutricional. Cuando una semilla cuenta con el agua, el oxígeno y el calor necesario, germina para formar un nuevo ser vivo, una planta que a su vez producirá nuevas semillas. Los más apreciados por su textura y por el buen sabor de sus brotes son los obtenidos de berro, rábano y calabaza.
Propiedades nutritivas. Los germinados se asemejan en su valor nutritivo a las hortalizas y verduras frescas por su contenido de agua, vitaminas y minerales, enzimas y clorofila. Están ya predigeridos y se asimilan muy bien por parte del organismo. Por su composición, estimulan los procesos digestivos, contribuyen a regenerar la flora intestinal y son ricos en antioxidantes como la vitamina C, beta caroteno y otros compuestos que intervienen en su sabor y aroma. Aportan muy pocas calorías, por lo que resultan de utilidad en regímenes para controlar el peso.
Su consumo se recomienda en casos de anemia (por su riqueza en clorofila, que posee efectos antianémicos) y también para personas con el estómago delicado.
¿Cómo germinar una semilla en casa? Aunque se encuentran productos germinados en establecimientos de alimentación, en especial en los de alimentación biológica y herbodietética, se pueden elaborar en el propio hogar si se siguen los pasos que se describen a continuación. Seleccionar semillas apropiadas para ser consumidas germinadas, en buenas condiciones higiénicas y de conservación. Ponerlas a remojo en un frasco de vidrio (nunca de metal) tapado con una tela fina. La cantidad de agua: tres o cuatro veces superior al volumen de semillas. Dejar reposar las semillas durante 12 horas en un lugar oscuro y cálido. Desechar el agua y lavar las semillas con agua tibia. Enjuagarlas y cambiar el agua dos o tres veces al día hasta que se vean los brotes (tardan de dos a cinco días). Las semillas no germinadas se han de tirar.
¿Cómo consumirlos? Son refrescantes, tiernos y sabrosos. Resultan sencillos de preparar, se comen crudos tal cual, solos, con salsa, en ensaladas, salteados, en tortillas o como ingrediente de gran diversidad de platos cocinados.